La seguridad vial no solo se define por tu forma de pilotar, la propia calzada tiene mucho que decir. Hay carreteras más peligrosas que otras y saber cuáles son te ayudará a adaptar tu pilotaje y rodar con más precaución.
Una carretera en mal estado o con un trazado que no sea óptimo puede comprometer la seguridad vial, especialmente cuando vas en moto. Es importante tener este tipo de cuestiones a la hora de planificar tus viajes, sobre todo en fechas clave como puentes señalados donde habrá más tráfico y es habitual buscar rutas alternativas a las grandes autovías.
La Dirección General de Tráfico (DGT) publica regularmente los tramos más peligrosos, a los que presta especial vigilancia y que son los causantes de la mayoría de accidentes. Tras su última actualización de las carreteras más peligrosas ha incluido 457 tramos adicionales en los que intensificará la vigilancia, lo que supone un 3% de nuevos tramos que se corrigen según el primer informe emitido en julio.
En total la DGT tiene localizados y catalogados 1.314 tramos como carreteras más peligrosas, de los cuáles 25.172 kilómetros pertenecen a carreteras convencionales con una longitud media de 19 kilómetros por tramo.
En este documento puedes consultar todos los tramos o si lo prefieres puedes acceder al buscador de rádares de la DGT o a los informes de puntos negros.
Las vías convencionales, más peligrosas
Lo que el informe de la DGT deja claro es que hay carreteras más peligrosas que otras y éstas son las vías convencionales. Las carreteras secundarias concentran la mayoría de accidentes frente a las autopistas y otro tipo de vías rápidas.
De hecho, el índice de peligrosidad de las carreteras convencionales prácticamente duplica al de las autovías según los datos del Ministerio de Fomento. El índice mide la relación entre el número de accidentes con víctimas, la intensidad de vehículos y la longitud de los tramos. La conclusión más importante es que circular por autopistas y autovías reduce el riesgo de sufrir un accidente en un 50%.
Con estos datos en mente sólo resta tomar medidas para evitar esos tramos o, en su defecto, apuntar las carreteras peligrosas para pilotar con especial atención.