Exceso de confianza

No vayas "de sobrao"

Hasta ahora te he venido advirtiendo de que la falta de confianza es una desventaja para ir en moto, tan grande como lo es todo lo contrario: el exceso de confianza

La confianza la vas adquiriendo a medida que te ves más capacitado para gestionar distintas situaciones y, cómo no, después de salir airoso de las múltiples trampas del día a día sobre dos ruedas. Éstas últimas, sin duda, son las experiencias más gratificantes puesto que refuerzan aún más tu determinación y evidencian tu progresión.

A medida que lo anterior va sucediendo, te vas envolviendo en una especie de bola de nieve que no para de crecer. Es increíble como cada día te sientes más y mejor si lo comparas con tus primeros kilómetros. Fíjate, ya eres capaz de tomar aquella curva bastante más rápido de lo que indica la señal, porque tú controlas. Ya apuras cada vez más el perfil dhelmet-guyel neumático, porque tú controlas. Ya haces adelantamientos “in extremis”, porque tú controlas. Ya no usas calzado ni pantalón ni cazadora adecuados para ir “ahí al lado”, porque tú controlas… Y es en este momento cuando te paro en seco y pregunto: ¿Te das cuenta en lo que te has convertido con tu exceso de confianza? Yo sí, te has transformado en “un sobrao, que tiene tanto o más peligro que un principiante.

Como ves, entre la falta y el exceso de confianza, se dibuja una finísima línea imaginaria que NO enciende ninguna luz roja cuando es traspasada, como aquélla que indica en el cuadro de tu moto que no tienes aceite. Esta luz de emergencia ficticia es más grave de lo que piensas porque difícilmente eres consciente de ello, circulas inmerso en una falsa sensación de invulnerabilidad frente al resto que te impide caer en la cuenta de que tu seguridad también depende de los demás, convirtiendo esta combinación en un décimo de lotería con premio asegurado…

Te voy a decir cómo lo hago yo. Con los kilómetros que he recorrido y las caídas que he tenido, he aprendido que para mantenerme a raya y evitar el exceso de confianza debo ir siempre alerta. Esto que dicho así queda “mu’bonito”, te lo explico de manera más gráfica con unos pocos ejemplos que llevo a cabo como si fueran ejercicios, ya que es la mejor manera que he encontrado para mantenerme activo y no bajar la guardia. Y luego tú los pones en práctica a tu manera, ¿ok?:

  • Cuando llego a una curva no voy todo lo rápido que puedo aunque sepa hacerlo, me reservo un gran margen por si me encuentro un coche de frente invadiendo mi carril, una piedra o socavón en mitad de mi trazada, un peatón enajenado cruzando por ahí la carretera, etc.
  • Cuando voy detrás de cualquier vehículo (coches, furgonetas, camiones, etc.) me coloco a unos cuantos metros y donde sé que se me vea. De hecho, mi prueba consiste en mirar a través del retrovisor la cara del conductor y no perderle de vista sin dejar de fijarme en lo que pasa delante. Eso sí, al adelantarlo procuro estar el menor tiempo posible en el carril izquierdo y fuera de su campo visión.
  • Cuando salgo en grupo con los colegas y coincide que soy el primero, voy alternando mi posición en el carril a derecha e izquierda durante la ruta, para que se muevan en obligatoria formación de zigzag, y de paso, así van más entretenidos y “despiertos”.
  • Cuando otro colega “se pica conmigo”, me gana. Simplemente lo dejo marchar.

Seguro que si llevas a cabo estos simples consejos, no tendrás excusas para irle a tu madre como en aquel chiste: “Mida mamáaaa, zinnn dientezzz…” 😉

«Soy un motero como tú, quizá más concienciado con la Conducción Segura, pero sin dejar de disfrutar de la dinámica de cualquier carretera y moto«.

@PoluxCriville #ConduccionSegura